Foro Panamazónico adhiere a Manifiesto contra la violencia en Colombia

Fospa Colombia
Fospa Colombia octubre 13, 2017
Updated 2019/06/20 at 4:54 PM

Foto: delegados/as de Colombia en el VIII Fospa en Tarapoto, 28 de abril de 2017

“El FOSPA se solidariza con los pueblos afectados por las guerras, la intervención de sus territorios y la criminalización de la protesta de los defensores/as de derechos que les obliga a abandonar sus territorios”

CARTA DE TARAPOTO

  • El Foro Social Panamazónico (FOSPA) adhiere al Manifiesto que exige el fin de la violencia contra líderes y organizaciones sociales en Colombia
  • El Comité Nacional Colombia del Fospa, entre cuyas organizaciones miembros están firmantes de este Manifiesto, asumirá en estos días como sede del próximo IX Foro Panamazónico
  • Dejamos a continuación el texto del Manifiesto en español, portugués e inglés, agradeciendo su urgente difusión

Manifiesto conjunto de repudio sobre el uso de la violencia contra las comunidades en Colombia y su legítimo derecho a la vida digna y la protesta.

Roma, 10 de octubre de 2017.

Las organizaciones abajo firmantes expresamos nuestro profundo dolor y desconcierto ante el aumento de la violencia contra líderes sociales, defensores y defensoras de derechos humanos en Colombia. Los índices van en aumento desde que se firmó la paz con las FARC, 225 amenazas, 51 asesinatos, 32 atentados, 18 detenciones arbitrarias y 9 casos de judicialización (Programa Somos Defensores, junio 2017) y más de 200 líderes sociales asesinados para las mismas fechas (Cumbre Agraria Campesina Étnica y Popular, octubre 2017).

A esta vergonzosa lista se han sumado las 8 personas asesinadas la semana pasada en el departamento de Nariño causada por la política de erradicación forzosa del cultivo de hoja de coca por parte del gobierno nacional, sin cumplimiento de lo establecido en los acuerdos, respecto a la erradicación voluntaria y con garantías, en una clara manifestación de criminalización de la protesta y violación de sus derechos fundamentales. Situación agravada por el ataque por parte de la fuerza pública a la comisión humanitaria constituida por ONU, OEA, Defensoría del Pueblo, entre otros; la cual buscaba verificar lo sucedido. Así mismo, el asesinato de Efigenia Vásquez, comunicadora indígena en manos del Escuadrón Móvil Antidisturbios ESMAD en el Cauca y la muerte del líder comunal Jorge Luis García, en su casa en Cartagena.

Es claro que el país vive hoy una profunda coyuntura, con consecuencias que pueden afectar profundamente sus estructuras políticas, sociales, culturales y ambientales. Aquí se pone en juego la posibilidad de construir un nuevo país que resuelva sus profundas condiciones de inequidad, injusticia y exclusión, como las fuentes fundamentales de las cuales ha bebido el conflicto en sus más diversas formas.

Las organizaciones, procesos y movimientos sociales han mostrado su voluntad en avanzar hacia la implementación del acuerdo de paz firmado con las FARC. El gobierno colombiano debe garantizar las condiciones para una participación verdaderamente efectiva, cumpliendo los compromisos adquiridos en acuerdos y pactos internacionales sobre derechos humanos, derechos colectivos, así como la protección y el cuidado del ambiente.

Hacemos un llamado a avanzar en la implementación de las directrices de la Gobernanza Responsable de la Tenencia de la Tierra, a tener en cuenta los derechos de campesinos, campesinas, trabajadores y trabajadoras rurales, pueblos indígenas y afrodescendientes. También a garantizar los derechos económicos, sociales y culturales de las comunidades en su legítima intención de defender, construir y apropiar los territorios que garantizan su reproducción social como grupo, pueblo o comunidad, por lo tanto, acompañamos la semana de la indignación promovida por los movimientos sociales en Colombia del 9 y 13 de octubre, en rechazo a la criminalización y asesinato de líderes sociales y defensores de DDHH.

Seguimos creyendo en la paz, en el diálogo y la reconciliación, pero en una paz que no deje por fuera los diversos sectores sociales populares, en el reconocimiento de sus diferencias y la potencialidad de sus propuestas construidas por años, aún en medio de la guerra. A las organizaciones internacionales, movimientos sociales, estados garantes y a los que se han mostrado cercanos a este proceso, les pedimos que sigan acompañado este camino hacia la paz incluyendo los diálogos actuales con el ELN.

Apoyan este Manifiesto conjunto:

Red Nacional de Agricultura Familiar

Censat Aguaviva Amigos de la Tierra Colombia

Fian Colombia

Vía Campesina Internacional

Corporación Casa de la Memoria

Descarga Aquí (pdf) Manifiesto Colombia Español

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Manifesto conjunto de repudio sobre o uso da violência contra as comunidades na Colômbia e seu legitimo direito à vida digna e ao protesto.

Roma, 10 de outubro de 2017.

As organizações abaixo assinantes manifestamos a nossa profunda dor e desconcerto diante o aumento da violência contra lideres sociais, defensores e defensoras de direitos humanos na Colômbia. Os índices estão aumentando desde que se assinou a paz com as FARC, 225 ameaças, 51 assassinatos, 32 atentados, 18 detenções arbitrárias e 9 casos de judicialização (Programa Somos Defensores, junho 2017) e mais de 200 lideres sociais assassinados para as mesmas datas (Cumbre Agraria Campesina Étnica y Popular, outubro 2017).

Nesta vergonhosa lista se têm somado as 8 pessoas assassinadas a semana passada no Departamento de Nariño causada pela política de erradicação forçada do cultivo de folha de coca por parte do Governo Nacional, sem cumprimento do estabelecido nos acordos, em relação à erradicação voluntária e com garantias, numa clara manifestação de criminalização da protesta e a violação dos seus direitos fundamentais. Situação agravada pelo ataque por parte da força pública à comissão humanitária constituída por ONU, OEA, Defensoría del Pueblo, entre outros; a qual buscava verificar o sucedido. Assim mesmo, o assassinato de Efigenia Vásquez, comunicadora indígena em manos do Escuadrón Móvil Antidisturbios ESMAD no Departamento de Cauca e a morte do líder comunitário Jorge Luis García, na sua casa em Cartagena.

É claro que o país vive hoje uma profunda cojuntura, com consequências que podem afetar profundamente suas estruturas políticas, sociais, culturais e ambientais. Aqui se coloca em jogo a possibilidade de construir um novo país que resolva suas profundas condições de desigualdade, injustiça e exclusão, como as fontes fundamentais das quais tem bebido o conflito nas suas mais diversas formas.

As organizações, processos e movimentos sociais têm mostrado sua vontade para avançar para na implementação do Acordo de Paz assinado com a guerrilha das FARC. O governo colombiano deve garantir as condições para uma participação verdadeiramente efetiva, cumprindo os compromissos adquiridos nos acordos e pactos internacionais sobre direitos humanos, direitos coletivos, assim como a proteção e o cuidado do ambiente.

Fazemos um chamado a avançar na implementação das diretrizes da Governança Responsável da Posse da Terra, a ter em conta os direitos dos campesinos, campesinas, trabalhadores e trabalhadoras rurais, povos indígenas e afrodescendentes. Também a garantir os direitos econômicos, sociais e culturais das comunidades na sua legitima intenção de defender, construir e apropriar os territórios que garantem a sua reprodução social como grupo, povo ou comunidade, em consequência, acompanhamos a semana da indignação promovida pelos movimentos sociais na Colômbia do 9 ao 13 de outubro, em rejeição à criminalização e assassinato de líderes sociais e defensores de DDHH.

Continuamos acreditando na paz, no diálogo e na reconciliação, mas numa paz que não deixe por fora aos diversos setores sociais populares, no reconhecimento das suas diferenças e da potencialidade das suas propostas construídas por anos, ainda em médio da guerra. Às organizações internacionais, movimentos sociais, estados garantes e todos os que se têm mostrado perto deste processo, pedimos-lhes que sigam acompanhando esse caminho até a paz incluindo os diálogos atuais com o ELN.

Apoiam esse Manifesto Conjunto:

Red Nacional de Agricultura Familiar

Censat Aguaviva Amigos de la Tierra Colombia

Fian Colombia

Descarga Aquí (pdf) Manifiesto Colombia Portugués

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Joint statement to condemn the use of violence against communities in Colombia and on their legitimate right to a decent life and to protest

Rome, 10 October 2017

We, the undersigned, express our profound grief and dismay at the increase in violence against social leaders and human rights defenders in Colombia. Since the peace agreement with FARC was signed, violence rates have been on the increase: 51 cases of murder, 32 assaults, 18 arbitrary detentions and 9 cases of judicial processes (“Programa Somos Defensores”, June 2017). Within the same timeframe, over 200 social leaders have been murdered (“Cumbre Agraria Campesina Étnica y Popular”, October 2017).

Adding to this shameful list, a further 8 people were murdered last week in the Nariño department, following the national government’s policy of forced eradication of coca crops, which does not comply with the established provision in the peace accords regarding voluntary eradication – with guarantees – and is a violation of fundamental rights. This situation has been aggravated by the police attack on the UN /OAS / Ombudsman humanitarian commission during their enquiry, and by the murder of Efigenia Vasquez, an Indigenous communicator, at the hands of the Mobile Anti-riot Squadron in the Cauca Department, and the death of the community leader, Jorge Luis García, at his home in Cartagena.

Clearly, the country is facing a serious situation, with consequences that could deeply affect the social, cultural and environmental structures. What is at stake is the chance to build a new country that addresses conditions of inequality, injustice and exclusion, which have essentially fed the conflict in its many forms.

Social organisations, movements and processes have shown their will in advancing towards the implementation of the peace accords signed by FARC. The Colombian government must guarantee the conditions for a truly effective participation, by complying with the commitments made in international agreements and covenants on human rights, collective rights and environmental care and protection.

We call for the further implementation of the Guidelines on the Responsible Governance of Tenure of Land, and for the rights of peasants, rural workers, indigenous peoples and afro-descendants to be taken into account. We also call for the guarantee of economic, social and cultural rights of communities as they legitimately defend, build and take ownership of their territories, which guarantee their social reproduction as a group, people or community. We therefore join the ‘week of outrage’ between the 9th and 13th of October, coordinated by social movements in Colombia to reject the criminalization and murder of social leaders and human rights defenders.

We still believe in peace, dialogue and reconciliation, but in a peace that does not leave behind different popular social sectors, and that recognises their differences and the potential that lies behind the proposals they have been building for years, even in the midst of war. We urge international organisations, social movements and guarantor states that have closely followed this process, to continue walking on this path towards peace, including in the current dialogues with ELN.

This statement is supported by:

Red Nacional de Agricultura Familiar

Censat Agua viva Amigos de la Tierra Colombia

Fian Colombia

Vía Campesina Internacional

Corporación Casa de la Memoria

Grupo Semillas

Descarga Aquí (pdf) Colombia Declaration English

 

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